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Los Objetivos de reciclaje que marca la Unión Europea



La UE tiene la legislación sobre residuos más avanzada del mundo. La Directiva de Residuos y el Paquete de Economía Circular impulsan la transición hacia una economía circular que impulsa la competitividad global de la UE, el crecimiento económico sostenible y genera empleo.


Reciclar no es importante solo para el medio ambiente, sino también para nuestra economía. Aunque vamos mejorando la gestión de los residuos, aún perdemos valiosos materiales reutilizables como metales, madera, vidrio, papel y plásticos.


Objetivos para los residuos municipales


La basura que recogen los basureros suma entre el 7 % y el 10 % de los residuos totales generados en la UE. Cada europeo produce de media unos 500 kilos al año. Solo un 40 % de eso se reutiliza o recicla.


Nuestra legislación obliga a que en 2020, la mitad de los residuos municipales sean reutilizados o reciclados. En 2025, esta cifra debe ser del 55 %; en 2030, del 60 %; y en 2035, del 65 %.


En cuanto a los envases, en 2025 el 65 % de los residuos de envases tendrán que ser reciclados, y el 70 % en 2030.


También se comenzará a recoger selectivamente ciertos tipos de residuos: los residuos domésticos considerados peligrosos, en 2022; los residuos biológicos, en 2023; y los textiles en 2025.


Todos los envases de plástico, reciclables en 2030


Para los plásticos tenemos un plan especial: la Estrategia sobre los plásticos, que adoptamos en 2018.


En lo referente al reciclaje, esta estrategia obliga a que en 2030 todos los plásticos puedan reciclarse. Porque, aunque somos líderes mundiales, aún estamos lejos de nuestros objetivos: apenas reciclamos un 30 % de los plásticos. Un 39 % son incinerados y el restante 31 % va a vertederos.


Esta baja proporción de reciclaje provoca grandes pérdidas para la economía y para el medio ambiente. Se estima que el 95% del valor del material de embalaje de plástico se pierde en la economía tras un primer uso muy breve.


Cada año, la producción y la incineración de plástico emiten alrededor de 400 millones de toneladas de CO2 en el mundo, lo que se podría reducir con un mejor reciclaje.


Pero además de los plásticos y la basura municipal, hay otros desafíos.


Aparatos eléctricos y electrónicos

Los equipos eléctricos y electrónicos (ordenadores, televisiones, móviles, neveras, etc.) generan uno de los mayores flujos de basura en la UE. Y van en aumento.


Debido a sus materiales, a veces peligrosos, estos residuos pueden causar daños medioambientales y de salud si no se los gestiona bien. Por eso, la UE apoya mecanismos para que los ciudadanos lleven gratuitamente sus equipos eléctricos y electrónicos para su reciclado o reutilización.


Por otra parte, se obliga a los fabricantes a reemplazar los materiales peligrosos como el plomo, mercurio o cadmio, por alternativas más seguras.


Residuos de construcción: un tercio de los residuos de la UE


Los residuos de construcción y demolición (RCD) representan el 30 % del total de residuos que se generan en la UE. Gran parte acaban en el vertedero, aunque muchos de los materiales podrían reutilizarse.


Los residuos de la construcción tienen un gran potencial de reciclado pero no en todos los países miembros se recicla igual. De hecho hay una horquilla que va del 90 % al 10 % de residuos de construcción reciclados. Por eso, publicamos un protocolo para los residuos de la construcción y las demoliciones.


Eso debe cambiar: nuestra directiva de residuos establece que antes de 2020 deberá aumentarse hasta un mínimo del 70 % la reutilización, el reciclado y otra valorización de materiales.


Baterías y pilas


Cada año, unas 800 000 toneladas de baterías de automóvil, 190 000 toneladas de baterías industriales, y 160 000 toneladas de pilas entra a la UE. No todas son correctamente recolectadas y recicladas al final de su vida útil, lo que genera el riesgo de que viertan sustancias peligrosas, además de un derroche de recursos, ya que muchos componentes podrían ser reciclados.


Para eso, nuestra directiva sobre baterías:


Prohíbe la venta de baterías con determinado nivel de cadmio y mercurio;

Establece esquemas para que se recolecten y reciclen

Obliga a que tengan un etiquetado y a que se puedan quitar de los aparatos.

Obliga a los productores a gestionar los residuos de baterías que ponen en el mercado



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