Al igual que hacemos con otros materiales, con los restos de poda llevamos a cabo un proceso de reciclaje que nos permite lograr los siguientes beneficios:
No contaminar el medio ambiente, pues antiguamente los restos de poda los quemábamos y todo ese humo iba hacia la atmósfera.
Alimentemos la tierra, pues los restos de poda al haberlos triturado se quedan en el suelo y esos restos se van descomponiendo que en el tiempo se van convirtiendo en materia orgánica para el campo.
Mantener adecuadamente los árboles.
Evitar posibles roturas de parte de las ramas, molestias sobre vehículos y viandantes por exceso de masa verde.
Mantener la estética de un conjunto arbolado, operación que se lleva a cabo en las ciudades de forma puntual, de acuerdo con el tipo de árbol y el clima y, normalmente, durante las estaciones de otoño e invierno.
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